El bruxismo es un trastorno en el que las personas aprietan o rechinan los dientes de manera involuntaria. Este hábito puede ocurrir tanto durante el día (bruxismo diurno) como durante la noche (bruxismo nocturno). El bruxismo nocturno se considera un trastorno de movimiento relacionado con el sueño.
Causas del Bruxismo
Las causas del bruxismo no se comprenden una combinación de factores físicos, psicológicos y genéticos. Entre las causas más comunes se encuentran:
– Maloclusión dental:
Problemas en la alineación de los dientes pueden contribuir al bruxismo. Cuando los dientes no están correctamente alineados, la distribución de las fuerzas masticatorias se ve alterada, lo que puede llevar a un esfuerzo excesivo en ciertos músculos masticatorios. Esta descompensación puede provocar una hiperactividad muscular, resultando en contracciones involuntarias y repetitivas de los músculos como el masetero.
Además, la maloclusión puede causar puntos de contacto prematuros o interferencias oclusales, que el cuerpo intenta corregir de manera inconsciente mediante el rechinamiento o apretamiento de los dientes. Este mecanismo de compensación puede exacerbar el bruxismo, llevando a un ciclo de desgaste dental, dolor muscular y posibles trastornos de la articulación temporomandibular (ATM).
– Estrés y ansiedad:
El aumento de la ansiedad o el estrés puede provocar el rechinamiento de los dientes.
El estrés activa el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, liberando cortisol y otras hormonas que aumentan la excitabilidad del sistema nervioso central. Esto provoca una mayor liberación de neurotransmisores como la adrenalina, incrementando el tono muscular, incluyendo los músculos masticatorios.
La hiperactividad de estos músculos lleva a contracciones involuntarias, resultando en bruxismo.
– Factores genéticos:
El bruxismo puede ser hereditario. Estudios han demostrado que las personas con familiares que padecen bruxismo tienen una mayor probabilidad de experimentar este trastorno. La herencia genética puede influir en la estructura y función del sistema nervioso central, así como en la respuesta al estrés, ambos factores que contribuyen al desarrollo del bruxismo.
– Trastornos del Sueño:
Condiciones como la apnea del sueño y los ronquidos están asociadas con un mayor riesgo de bruxismo nocturno.
Los ronquidos, causados por la obstrucción parcial de las vías respiratorias, pueden provocar microdespertares y respiración irregular, activando los músculos masticatorios y contribuyendo al bruxismo nocturno.
De manera similar, la apnea del sueño interrumpe repetidamente la respiración, causando microdespertares que activan el sistema nervioso simpático, lo que también puede llevar a contracciones involuntarias de los músculos masticatorios y manifestarse como bruxismo nocturno.
-Hábitos y posturas:
La mala postura y ciertos hábitos, como morder objetos duros, pueden contribuir al desarrollo del bruxismo.
Una postura incorrecta, especialmente en la cabeza y el cuello, puede causar tensión en los músculos de la mandíbula. Por ejemplo, pasar mucho tiempo encorvado frente a una computadora puede llevar a una alineación incorrecta de la columna cervical, lo que a su vez afecta la posición de la mandíbula.
Hábitos como morder lápices, uñas o masticar chicle constantemente pueden sobrecargar los músculos masticatorios. Esta sobrecarga puede llevar a la fatiga muscular y a la hiperactividad, contribuyendo al desarrollo del bruxismo.
La mala alimentación que comprende consumir alimentos muy duros o masticar de manera excesiva también puede aumentar la tensión en los músculos de la mandíbula, exacerbando el bruxismo.
Otros Factores
Medicamentos: Algunos medicamentos, como los antidepresivos y antipsicóticos, pueden tener efectos secundarios que incluyen el bruxismo.
Condiciones Neurológicas: Enfermedades como la esclerosis múltiple y la parálisis cerebral pueden estar asociadas con el bruxismo.
Síntomas del Bruxismo
Los síntomas del bruxismo pueden variar en intensidad y pueden incluir:
– Rechinar o apretar los dientes, con un sonido que puede ser tan fuerte como para despertar a la persona que duerme contigo.
– Dientes aplanados, fracturados, partidos o flojos. El bruxismo puede causar un desgaste significativo del esmalte dental, lo que lleva a la exposición de la dentina y aumenta la sensibilidad dental. Además, la presión excesiva puede provocar fracturas en los dientes, lo que puede requerir tratamientos como coronas o incluso extracciones.
– Dolor o inflamación de mandíbula, cuello o rostro. La tensión y contracción excesiva de los músculos masticatorios pueden irradiar dolor hacia el cuello, causando rigidez y malestar cervical.
– Dolores de cabeza, especialmente al despertar. La presión constante y la tensión en los músculos de la mandíbula pueden irritar los nervios faciales, como el nervio trigémino, causando neuralgia, que es un dolor intenso y punzante en la cara.
– Dolor de cabeza sordo que comienza en las sienes.
– El bruxismo también puede contribuir a la inflamación y daño de los tejidos periodontales, incrementando el riesgo de periodontitis.
– Alteración del sueño.
– Aumento de la sensibilidad dental debido al desgaste del esmalte.
– Chasquidos o ruidos al abrir y cerrar la boca.
– El estrés constante en la mandíbula puede llevar a disfunciones en la ATM, causando dolor, chasquidos y limitación en la apertura bucal. Los músculos masticatorios, como el masetero y el temporal, pueden hipertrofiarse debido al esfuerzo constante, lo que puede causar dolor y cambios en la fisionomía facial.
– La tensión muscular puede extenderse a los trapecios y la parte superior de la espalda, causando dolor y rigidez en estas áreas.
– Las lesiones en la mucosa bucal son una manifestación común en pacientes con bruxismo. Morderse la parte interna de los carrillos puede llevar a ulceraciones y lesiones crónicas. Las mordeduras repetitivas pueden causar úlceras traumáticas, que son lesiones dolorosas y abiertas en la mucosa bucal. Estas úlceras pueden ser de color blanco o amarillo con un halo rojo inflamado alrededor.
– La fricción crónica puede llevar a una respuesta adaptativa de la mucosa, resultando en una capa de queratina más gruesa, conocida como hiperqueratosis. En algunos casos, la irritación crónica puede llevar a la formación de fibromas traumáticos, que son masas benignas de tejido fibroso que se desarrollan en respuesta al trauma constante.
Tratamiento del Bruxismo
El tratamiento del bruxismo depende de la causa subyacente y la gravedad del trastorno. Algunas opciones de tratamiento incluyen:
Férula de Descarga
Una de las soluciones más comunes para tratar el bruxismo es el uso de una férula de descarga. Este dispositivo, también conocido como férula oclusal, es una placa acrílica que se coloca sobre la arcada superior para evitar el contacto entre los dientes superiores e inferiores. Las férulas de descarga ayudan a reducir el desgaste dental y a aliviar el dolor muscular.
Terapias de Relajación
Dado que el estrés es una causa común del bruxismo, las terapias de relajación como el yoga, la meditación y la terapia cognitivo-conductual pueden ser efectivas para reducir los síntomas.
Corrección de interferencias oclusales:
Las interferencias, como contactos prematuros, pueden obligar a la mandíbula a realizar movimientos compensatorios. Estos movimientos adicionales aumentan la actividad muscular y pueden desencadenar o agravar el bruxismo. Corregir estas interferencias mediante ajustes oclusales realizados por el odontólogo, puede reducir significativamente la actividad muscular excesiva.
Rehabilitación Protésica:
La falta de dientes puede causar un desbalance en la oclusión, lo que lleva a una distribución desigual de las fuerzas masticatorias.
La colocación de prótesis dentales removibles, implantes o puente fijos, pueden restaurar la función masticatoria y mejorar la oclusión. Esto no solo ayuda a equilibrar las fuerzas masticatorias, sino que también reduce la actividad muscular excesiva, aliviando los síntomas del bruxismo.
Ejercicios de Rehabilitación:
Ejercicios específicos para los músculos de la mandíbula pueden ayudar a aliviar la tensión y mejorar la función muscular. Estos ejercicios pueden incluir técnicas de estiramiento y fortalecimiento para los músculos masticatorios.
Medicamentos
En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para relajar los músculos y reducir el dolor. Sin embargo, estos medicamentos no tratan el bruxismo en sí, sino que abordan los síntomas asociados.
Bruxismo en Adultos
El bruxismo en adultos puede tener consecuencias graves si no se trata adecuadamente. El desgaste dental, el dolor crónico de mandíbula y los trastornos de la articulación temporomandibular (ATM) son algunas de las complicaciones más comunes.
El bruxismo es un trastorno común que puede tener un impacto significativo en la salud dental y general. Es importante reconocer los síntomas y buscar tratamiento adecuado para evitar complicaciones a largo plazo. Las férulas de descarga, rehabilitación protésica, corrección de contactos prematuros, terapias de relajación y en algunos casos, los medicamentos, son opciones efectivas para manejar este trastorno.
El odontólogo es el profesional capacitado para diagnosticar y tratar el bruxismo de manera efectiva. Mediante una evaluación exhaustiva, puede identificar las causas subyacentes y diseñar un plan de tratamiento personalizado. Este plan puede incluir el uso de dispositivos oclusales. La intervención del odontólogo es crucial para aliviar los síntomas, prevenir el desgaste dental y mejorar la calidad de vida del paciente.
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