Definición
La pigmentación por metales pesados en la mucosa oral es una condición patológica que resulta de la acumulación sistémica de metales como plomo, mercurio, arsénico, plata, oro y bismuto. Esta acumulación puede provocar cambios de coloración en la mucosa oral, la encía y la lengua.
Características Clínicas
Se manifiesta como pigmentaciones en la mucosa oral, que pueden variar en color desde gris a negro, dependiendo del metal involucrado. Estas lesiones suelen ser asintomáticas y se descubren durante exámenes orales rutinarios.
Características Histopatológicas
Histológicamente, se observa la presencia de partículas metálicas en el tejido conectivo subepitelial, acompañadas de una reacción inflamatoria crónica en algunos casos. La pigmentación es el resultado de la deposición de estos metales en la lámina propia y en las células basales del epitelio.
Etiología
La etiología está relacionada con la exposición crónica a metales pesados, ya sea por ingestión oral o inhalación, lo que lleva a su acumulación en la sangre y tejidos, incluyendo la mucosa oral.
Diagnósticos Diferenciales
Los diagnósticos diferenciales incluyen melanosis tabáquica, tatuaje de amalgama, nevus melanocítico y melanoma. Es esencial diferenciar estas lesiones de la pigmentación por metales pesados para un manejo adecuado.
Tratamiento
El tratamiento varía según el metal implicado y la severidad de la intoxicación. Puede incluir la quelación para eliminar el metal del cuerpo y la remoción quirúrgica de las lesiones pigmentadas si son estéticamente preocupantes o si hay riesgo de malignización. O la medicación sistémica para eliminar la contaminación por metales pesados.
Recomendaciones para el Abordaje Odontológico
Para el manejo odontológico de pacientes con pigmentación por metales pesados, se recomienda:
– Realizar una anamnesis detallada para identificar posibles fuentes de exposición a metales pesados, en cuanto a hábitos, consumo de alimentos, lugar en nacimiento o vivienda, tipo de trabajo o posibles condiciones de la vivienda que puedan determinar el tipo o grado de exposición.
– Colaborar con médicos y toxicólogos para el diagnóstico y tratamiento sistémico.
– Monitorizar la mucosa oral para detectar cambios que puedan sugerir malignización.
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